RAZONAMIENTO JURIDICO, ARGUMENTOS LOGICOS, CONVINCENTES, VICIOS DE LA ARGUMENTACION


RAZONAMIENTO JURIDICO

Determinar el origen etimológico de las dos palabras que dan forma al término razonamiento jurídico nos lleva a toparnos con el hecho de que ambas derivan del latín:
-Razonamiento emana de la suma del sustantivo “ratio”, que puede traducirse como “razón”, y el sufijo “-miento”, que se usa para indicar el resultado de una acción.
-Jurídico, por otro lado, proviene de “iuridicus”, que, a su vez, es fruto de “ius”, que significa “Derecho”.
El proceso y el efecto de razonar reciben el nombre de razonamiento. Razonar, por su parte, es la actividad de la mente que permite producir, organizar y estructurar conceptos para llegar a una conclusión. Jurídico, por otro lado, es aquello que resulta conforme al derecho (lo establecido por la ley).

El concepto de razonamiento jurídico refiere al proceso mental que sigue los principios del derecho para interpretar y/o argumentar algo en función de las leyes. Para esta clase de razonamiento, la persona debe apelar a la lógica y a la dialéctica.

Según Mac Cormick, el razonamiento jurídico es una rama del razonamiento práctico y asume la forma de una técnica de aplicación de las reglas jurídicas, caracterizándose por ser un razonamiento primordialmente deductivo. Es por este motivo que la forma lógica que se da a este razonamiento, tiene relación con el modo en que se lo justifique. Así el juez al redactar su sentencia, tiene la obligación de fundamentarla racionalmente, por ello recurre a aquellas proposiciones, juicios y razonamientos que revelan un itinerario lógico, que nos muevan hacia una resolución, que genere convicción. La lógica tiene para la filosofía una función netamente técnica, en cuanto le permite establecer las reglas del razonamiento correcto; preocupándose solo por la forma en que se instrumenta la reflexión racional, más no por el contenido de la misma. Por tal motivo podemos diferenciar entre lo verdadero y lo correcto, porque no son una misma cosa; ya que un razonamiento puede ser elaborado correctamente y llegar a una conclusión falsa; mientras que si partimos de premisas verdaderas y razonamos correctamente, tendremos la garantía de permanecer en la verdad. El razonamiento correcto tiene pretensiones de “validez” en la medida que nos permite alcanzar lo verosímil, en el sentido que nos aproxima a lo verdadero pero carece de la fuerza de la evidencia para que sea reconocida como tal.

Podemos reconocer en el razonamiento jurídico una rama específica del razonamiento práctico, que es compartida por la Ciencia Jurídica, como parte de la Derecho y Ciencias Sociales. Si entendemos al Derecho como conducta en interferencia intersubjetiva y a la norma como una modalidad de la acción.


ARGUMENTO LOGICO

Es una cadena de proposiciones en la que una de ellas (llamada conclusión) es consecuencia de las restantes (llamadas premisas). Los argumentos lógicos son deductivos, es decir, la conclusión se sigue necesariamente de las premisas.
Todo argumento posee una estructura que está formada por las premisas y la conclusión. Sin embargo, tomada aisladamente ninguna proposición es en sí misma una premisa o una conclusión.
Una proposición es una premisa sólo cuando aparece como un supuesto de un razonamiento y una proposición es una conclusión cuando aparece en un razonamiento en el que se afirma que se desprende de las proposiciones que aparecen como premisas.

En los argumentos existe una conexión lógica o un paso de las premisas a la conclusión, esa conexión se llama inferencia y sobre ella se apoya el argumento.
Los argumentos son relevantes para persuadir y demostrar. Las proposiciones son afirmaciones importantes para la estructura lógica del discurso. Una proposición puede expresar una verdad y no convencer a nadie.

Nos preguntaremos ahora ¿cómo podemos reconocer premisas y conclusiones?
No siempre es fácil identificar las premisas y la conclusión en los argumentos. A veces las premisas y la conclusión se encuentran entremezcladas, de tal manera que es necesario aprender a reconocerlas.

Al examinar argumentos lógicos, hay que tener en cuenta que un argumento puede ser válido sin que por ello su conclusión sea cierta. El razonamiento puede ser formalmente correcto, pero si una de las premisas es inválida, entonces la conclusión es irrelevante. 

CONVINCENTES

Un argumento resulta convincente cuando la persona que plantea su punto de vista ofrece razonamientos de peso que respaldan el valor de esa tesis.
Desde este punto de vista, los retóricos son grandes expertos en aportar convicción a sus palabras a través de la persuasión del lenguaje.

Un argumento convincente es aquel testimonio que no deja lugar a dudas, es decir, que muestra sinceridad, verdad y que además de estar respaldado en argumentos de peso también está pronunciado por una persona que es una autoridad (en el sentido de que aporta credibilidad y confianza).
Conviene puntualizar que el hecho de que un testimonio resulte convincente no significa a modo de causa y efecto que sea verdadero.

Un argumento puede ser falso y, sin embargo, puede resultar convincente. Evidentemente, tiene más posibilidades de convencer una verdad que una mentira, sin embargo, existen mentiras que pueden resultar creíbles (aunque tarde o temprano se descubra su falsedad). De hecho, una persona que cuenta una mentira piadosa a otra con el objetivo de evitarle un sufrimiento innecesario también intenta ser convincente y que su mensaje sea creíble.

Este argumento Se utiliza para convencer a otros, es decir, para tratar de que acepten un punto de vista o posición, está formado por tres o más aseveraciones. Sus elementos esenciales son:

Propósito: La idea que deseamos apoyar con el argumento

Aseveración clave: Es la aseveración que expresa el planteamiento o punto de vista que desea sustentar.

Aseveración de respaldo: Es una aseveración que sustenta el punto de vista planteado en la aseveración clave. 

Argumento Convincente Válido: Decimos que un argumento convincente es válido cuando cumple las condiciones para ser llamado argumento, y las aseveraciones de respaldo, en un número igual o mayor a dos, son verdaderas y brindan un soporte fuerte o muy fuerte a la aseveración clave.




VICIOS DE LA ARGUMENTACION

Cuando hacemos referencia a los vicios en la argumentación – en general- nos referimos a las deficiencias o fallas que los respectivos argumentos presentados pueden contener, ya sea de forma deliberada y/o accidental, que buscan obtener que sus tesis ó discursos argumentales sean aceptados y acogidos. Dentro de la forma de presentación de los vicios argumentales, diferencian su presentación en tres formas distintas, esto es falacias, paralogismos y sofismas.

Existen ciertas dificultades para lograr una clasificación en lo que a los vicios de la argumentación se refiere, debido a la gran cantidad que puede presentarse y a los distintos ámbitos en los cuales pueden introducirse; los fallos argumentales son escurridizos y ubicuos: un mismo error puede constituir varios sofismas a la vez. 

FALACIA
"Falacia" se usa cuando se pretende que un argumento tenga validez sin realmente poseerla; aunque dicho argumento contenga algún elemento que nos puede llevar a engaño si no estamos suficientemente atentos, y por ello, a pensar que es válido. Muchas veces se usa a veces el término "falacia" como equivalente a "sofisma". Es decir, en el sentido de "argumento aparente" o argumento que no es en realidad un buen argumento. Una falacia, lo mismo que un sofisma, es una forma de argumento no válida.

Definimos " falacia como todos aquellos argumentos aparentes introducidos en el discurso que buscan engañar o inducir a un error al auditorio o parte contraria". 

Las argumentaciones falaces más usuales son: 

Ambigüedad: Son Falacias que proceden de la falta de precisión en los términos usados en el lenguaje natural, es decir que pueden proceder de la ambigüedad o vaguedad del mismo. Dentro de este ámbito, encontramos: 

· Equívocos: Se producen cuando en un mismo argumento se emplean palabras o frases en más de un sentido, como ocurre en este ejemplo con la palabra igual. Por Ejemplo "Los sexos no son iguales, los derechos no pueden ser iguales". No se habla de la misma igualdad a lo largo del argumento. Primero se emplea en su acepción de identidad (biológica) y más tarde en su acepción jurídica (igualdad ante la ley). La ambigüedad utiliza conceptos diferentes que comparten una expresión común. La lengua está llena de vocablos polisémicos a los que cada uno puede dar un sentido distinto. 

· Composición: Se produce cuando atribuimos cosas a un conjunto que solamente son ciertas en las partes. Por fuerza se trata de una orquesta magnífica porque todos los profesores son extraordinarios. Los directores saben muy bien que no es así. No se pueden trasladar las virtudes de los individuos al conjunto. 

· División: Según la cual las partes disfrutan las propiedades del todo. Debe ser muy buen jugador, porque está en un equipo magnífico.

SOFISMAS
Se da este nombre a la argumentación viciosa usada de mala fe, es decir, cuando voluntariamente y con toda conciencia se quiere engañar usando argumentos totalmente falaces. En ocasiones se suele distinguir entre "sofisma" y "falacia" indicándose que mientras el primero se caracteriza por ser "intencional", es decir, por ser el tipo de razonamiento falso con el fin de derrotar y confundir al contrario; mientras que la segunda se caracteriza por ser simplemente un "error" o "descuido" en el razonamiento.

PARALOGISMOS
Cuando hacemos referencia a los "paralogismos", decimos es un silogismo incorrecto. Ahora bien, ese silogismo incorrecto ínclitamente no debe tener ninguna intención de engañar. Se da el nombre de paralogismo a la argumentación viciosa o incorrecta, usada de buena fe, es decir cuando no se tiene la intención de engañar.

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